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Tres años de meteorología marciana

Se cumplen tres años desde que Curiosity llego a Marte cargado de instrumentos para estudiar las condiciones de habitabilidad, uno de ellos, la estación ambiental diseñada en el Centro de Astrobiología.
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Jueves 27 de agosto de 2015 | CENTRO DE ASTROBIOLOGÍA
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Marte ya había sido visitado por misiones de exploración espacial en varias ocasiones (desde los Viking, en 1976) pero ninguna con unos objetivos tan ambiciosos como los planteados por la misión de la NASA Mars Science Laboratory (MSL), bautizado como Curiosity. Diez instrumentos a bordo de Curiosity para determinar si las condiciones en Marte son, o han sido en el pasado, adecuadas para la vida. Diez instrumentos para estudiar la composición de su suelo, analizar sus rocas, conocer su geología y aprender sobre su meteorología. Uno de esos diez instrumentos es REMS (Rover Environmental Monitoring Station), la estación ambiental desarrollada en el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) para monitorizar las condiciones ambientales de la zona de exploración de la misión: la temperatura del aire y del suelo, la presión, la humedad relativa, la velocidad y dirección del viento y la radiación ultravioleta.

Eran cerca de las 7:30 de las mañana de un caluroso lunes 6 de agosto de 2012 cuando, después de los llamados siete minutos de pánico, en el abarrotado auditorio del CAB se recibido el pitido que confirmaba que Curiosity había llegado correctamente a la superficie marciana. Se había posado, con una precisión sin precedentes, en el cráter Gale, el lugar elegido por sus especiales características, sobre todo por ser un cráter de impacto meteorítico que estuvo cubierto de agua.

En ese momento se acababa la etapa de diseño y fabricación (que había durado casi una década) y comenzaba otra seguramente más interesante que era la de operaciones: la toma y el análisis de los datos proporcionados por los instrumentos. Una fase que se había estimado en un año marciano (algo menos de dos años terrestres) pero que ya ha superado con creces al alcanzar el tercer año de operaciones y con resultados exitosos.

Atrás quedan noticias impactantes como la detección de cantidades variables de metano, un compuesto orgánico muchas veces relacionado con la vida pero que también podría tener un origen geológico, la identificación de moléculas orgánicas complejas en las rocas marcianas, el hallazgo de una fuente autóctona de nitrógeno fijado en la superficie de Marte en forma de nitrato, que podría indicar la primera etapa en el desarrollo de un ciclo de nitrógeno primitivo y habría podido proporcionar una fuente bioquímicamente accesible de nitrógeno, o el último, y quizá más relevante, de la comprobación de la presencia de agua líquida durante las noches en Marte, un hecho que se produce por saturación de las sales del suelo al bajar la temperatura; el agua líquida es un indicador de condiciones propicias para la vida.

En todos estos resultados han participado investigadores del CAB utilizando observaciones de REMS junto con las de otros instrumentos de MSL. Uno de dichos descubrimientos, liderado por investigadores de REMS, ha sido portada de Nature Geosciences y ha abierto nuevas vías de investigación sobre el ciclo de agua en Marte y su habitabilidad. En estos tres años, REMS ha caracterizado las condiciones ambientales de la superficie de Marte con un éxito sin precedentes, proporcionando a la comunidad internacional una base de datos de incalculable valor para nuestro conocimiento sobre el planeta. Este proyecto ha permitido también el establecimiento de colaboraciones internacionales y la consolidación de España en la exploración de Marte.

Ahora, con la prolongación de la fase de operaciones, los resultados pueden mejorar de forma significativa, sobre todo para REMS, al poder establecer repeticiones anuales en las condiciones ambientales de Marte relacionadas con las estaciones allí, algo tremendamente importante para los estudios meteorológicos. Pero mucho más significativa será la incorporación de la nueva misión a Marte de la NASA planeada para la primavera de 2016. InSight (Interior Exploration using Seismic Investigations, Geodesy and Heat Transport, exploración del interior usando investigaciones sísmicas, geodesia y transporte de calor).estudiará el subsuelo marciano pero también llevará entra sus instrumentos una réplica de REMS, el instrumentos TWINS (Temperature and Wind sensors for InSight mission). Al estar situadas las dos estaciones en puntos diferentes del planeta será posible estudiar las condiciones globales de Marte.

Para muchos de los investigadores del CAB que han participado en esta fase de operaciones la vida ha cambiado. Durante los primeros meses trabajaron en el Jet Propulsion Laboratory, en Pasadena, junto a los equipos científicos de los otros nueve instrumentos de Curiosity. Además, lo hicieron en horario marciano (el día en Marte dura unos 40 minutos más que en la Tierra), así que cada día entraban a trabajar 40 minutos más tarde que el día anterior. Pero la experiencia fue inolvidable para todos. Ahora es más cómodo, aunque trabajan en horario americano para coincidir con los otros equipos. Recibir y comprobar de los datos, realizar los primeros análisis o coordinar las operaciones de Curiosity con el conjunto de científicos de los instrumentos son las labores del día a día del grupo de investigadores del CAB que participa en la fase de operaciones de REMS desde hace tres años. El equipo de REMS, y todo el CAB, agradecen a la sociedad que hayan seguido con interés las operaciones de REMS y que continúen apoyando este proyecto, y los futuros de exploración marciana, en los años que quedan puesto que la batería de Curiosity podría suministrar energía para mantener los instrumentos en operaciones otros 50 años.
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